1 tr. Discutir el comprador y el vendedor el precio de algo.
"Ele: Vale, no sé regatear, que le vamos a hacer, nadie es perfecto...
Edu: El problema no es que no sepas regatear, es que después de regatear y darle 4200 Chelines (49.30 €) por 5 cucharas mal talladas con animalitos, 2 peines de ébano, y una salamandra de piedra, le has regalado 5€ de bellón, pedazo de Zebra."
Regatear en África es un arte, pero ojo, los turistas siempre nos encontraremos precios exorbitados a la hora de comprar. Las tiendas de turistas pertenecen por lo general a un empresario que está en la caja, todos los artículos tienen un precio fijado cercano a los precios europeos y que es del orde de 5 veces más alto de lo normal, los vendedores no tienen sueldo, si no que su beneficio es la cantidad en que consigan superar el precio que les ha dado a ellos el jefe.

Más tarde descubriras que ese mismo producto en un tienda de hotel cuesta entre la mitad y un cuarto de lo que tu has pagado... Pero lo cierto es que en el hotel todo el beneficio va para una corporación empeñada en que los ricos sigan siendo ricos y los pobres, pobres, mientras que en la tienda de turistas has ayudado a alimentar a un pequeño empresario y a uno de sus trabajadores.
Si de verdad quieres encontrar gangas, compra directamente a vendedores, en las cornisas del valle del riff, a vendedores que porten ellos mismos su propia mercancía o en cualquier mercado en el que veas que es una única persona, no un vendedor y un dueño.
2 comentarios:
Me encantaría visitar el valle del riff, allá donde todos los guitarristas deben peregrinar...
El arte del regateo en USA es completamente diferente. Consiste en patearte (patear en USA siempre es en coche) todas las tiendas y buscar el mejor precio, normalmente en Walmart u otras macrosuperficies similares. En este caso, un ínfimo porcentaje de los beneficios irán a parar a múltiples familias de chinos, mientras que el resto a esos señores de pelo blanco, traje oscuro, habano en ristre y gráficas aboliendo el crack del 29. La duda es si merece la pena el ahorro por unos chinos, más ahora que son el 1er emisor de CO2 a la atmósfera sin más pudor que el que se puede encontrar en las ya célebres bragas de Victoria Abril.
Creo que los del habano són los mismos que cobran lo de los hoteles keniatas, y si no sus amigïtos...
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